Pensaba en que a veces me da rabia cuando alguien dice o hace algo más gracioso que yo. Qué tontera, en vez de estar disfrutando plenamente la talla del otro, su momento de gloria, veo a la gente reírse en cámara lenta y me da un poquito de pica. Pienso en lo tonto de este pensamiento y en que qué vergüenza que alguien lo supiera, y de la nada se cruza en mi mente la imagen de Fagot, con una sonrisa pícara en la cara, diciendo "yo ya sabía". Porque él conocía hasta los detalles más ridículos de mi ser, y viceversa. La complicidad envidiable. Qué locura más grande es sentirse vista por alguien más, y no solo vista, sino que segura y profundamente amada a la vez. Que esos tres factores coincidan, me atrevo a pensar que es un milagro de amor que no todos tienen la dicha de experimentar. En cualquier tipo de relación a lo largo de la vida.
Me siento muy afortunada de haber vivido esa clase de amor, aunque haya sido hace mucho tiempo y eso me haga sentir que nunca nada se le va a asemejar. Es un pequeño vacío constante que no sé cómo explicar, pero siempre está. Y disfruto mi vida igual. Amo a otros y sigo sufriendo por amor, pero en el fondo sé que con ninguno hubiese alcanzado ese nivel de ternura y complicidad, entonces duelen esos amores fallidos, pero a la larga, no duelen tanto. De todas formas no pierdo la fe de que pueda ocurrir el milagro de nuevo. No hay primero sin segundo.