martes, 25 de junio de 2024

El sueño con todos mis amigos

 Soñé que veía a mis amigos, a practicamente todos, pero "hoy" a los solteros, "ayer" a los con familia. Hoy iba en una micro como de Valparaíso, con extraños pero que eran muy amigos, gente chora de barrio bajo, y les contaba cosas. Un hombre me pregunta cómo estoy y le digo que bien, normal. Me insiste y le digo que cansada, deprimida, aburrida, pero que la vida sigue. Que lo bueno de vivir al día es que no te da tiempo de parar a lamentarte. Al mismo tiempo estaba andando en metro, salía de la estación a una especie de plaza, tipo Villa Frei pero en plaza Italia, porque venía de juntarme con alguien, y tenía en mi cabeza que debía ir donde la Katy a no sé qué.

En paralelo, iba en un auto con el Gonza, que era conuctor de uber, y acá pasa algo raro porque estábamos en su auto, pero a la vez en su pieza (no era una casa rodante). Él trabajaba de periodista freelancer también y me muestra una caja con las cosas que escribe, ahí tenía una pequeña cajita con recuerdos míos, diciendo que fue una de sus épocas más felices. Iba camino a acompañarme a buscar a la Carmela, que estaba siendo cuidada por el Tomy, que a su vez andaba en el carnaval de Los Copihues. Íbamos chateando y me cuenta que la Carmela le había roto un aparato extraño de 30 lucas, pero que no me preocupara porque le pidió plata a su mamá para arreglarlo, pero yo, preocupada, le iba a pagar igual. 

Después de buscar a la Carmela me iba a ir donde la Yoshi, que me estaba esperando para nada en especial, y esto no sé si pasó antes o iba a pasar después, pero estaba la Yoshi, Kiara, Tammy, Piships, Dani Gi y Luis Cortés (entre otros que no alancé a retener en mi  mente), preparándonos para una especie de fiesta, no sé si matri o fiesta de qué, en realidad.

Después no me acuerdo mucho, el sueño se pone medio confuso porque más encima pasaba 'todo en todas partes al mismo timpo', literal. Esa fue la tónica de toda esta aventura.

No sé si fue un sueño muy largo o si se me mezcló con lo que soñé ayer, pero estaba en la casa del Toto, que era una especie de mansión gigante, así que no nos topábamos nunca pero hablábamos por mensaje, tenía un patio enorme, como el campo de Zúñiga. Al rato me encuentro con la Jose y el Viti, después salía al pasaje y en otra casa vivía el Nachito con su familia. Yo lo veía, no recuerdo en qué circunstancia, y seguía sintiendo ternura y esa nostalgia de "qué hubiera pasado si...". Y después de haber compartido con todos mis amigos emparejados, tuve esa sensación en la guata que me pregunta por qué el amor nunca más me eligió a mí.

Claramente después de soñar con todos mis amigos, pienso que estoy rodeada de amor. Pero igual, ya saben a qué me refiero. "Ya sabes...", como diría mi Teo, que nunca procede a aclarar qué es eso que deberíamos saber.

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El sueño entero fue una locura, como esos especiales del cine donde meten a cien actores taquilleros y se cruzan veinte historias distintas. Desperté pensando en para qué me sirve acordarme de todo, y casi no lo escribo para no desvelarme, porque en dos horas tengo que levantarme para ir al hospital (hacia la primera dosis del tratamiento que va a cambiar mi vida), pero pensé que quizás esto me sirva para retratar las emociones humanas, cotidianas. Para hacer una historia, para sacar personajes, qué se yo. Quizás escribir es lo mío, y escribí todo porque debo tomar toda la ayuda que pueda. Quizás de acá salga algo, o quizás no. Quizás alguna solterona como yo le cuenta su día a su gato, quizás cada día vive algo distinto con una amistad distinta y saca una reflexión distinta. Quizás no estamos tan solos como pensamos. Quizás todos podamos identificarnos de alguna manera. Nada nuevo ya, pero es que la existencia es muy repetitiva. Asique, qué tiene. 

De todas formas me agradezco por haber escrito esta verborrea cerebral nocturna, porque me pone muy feliz leerla y pensar en mis amigos.