El sonido de la lluvia golpeando todo me transporta de vuelta al viaje, en donde lo único que importa es refugiarse, dejar que aquellas gotas acunen nuestros pasos y vigilen nuestros sueños. Cuando el tiempo se detiene indefinidamente todo duerme y llora al mismo tiempo. Y el corazón deja de latir hasta que el sol sale de su encierro. Y los segundos se descongelan para que todo vuelva a ser real de nuevo.